En una colisión entre un vehículo y un peatón, el peatón nunca gana. Las lesiones que un peatón puede sufrir en una colisión con un vehículo tienden a ser muy graves y alteran la vida. En demasiados casos, un peatón atropellado por un vehículo puede resultar en una vida interrumpida abruptamente y una familia en duelo que busca respuestas por la muerte por infracción ajena de un ser querido. En otros casos, el peatón sufre lesiones graves y pasa por un proceso de recuperación largo, doloroso y costoso. Muchas veces, el peatón nunca se recupera del todo y se ve obligado a vivir el resto de su vida con las consecuencias negativas de las lesiones. Los niños están especialmente en riesgo y su baja estatura los hace menos visibles. Los niños también tienen menos probabilidades de juzgar con precisión la velocidad y las distancias de los vehículos que se aproximan. Muchas muertes de peatones de niños pequeños ocurren cuando los niños regresan de la escuela o caminan hacia las lecciones extraescolares o la práctica deportiva.